Texto publicado en la revista «EKINTZA ZUZENA» (mayo de 2024). (in English below):

En el marco de un modelo de desarrollo capitalista, con una orientación empirista de la ciencia, enumerar de la forma más precisa posible los fenómenos de salud en las poblaciones y proponer medidas de control era y es fundamental para garantizar su continuidad. Los problemas de salud nos interrogan sobre sus posibles causas, inquietan a las poblaciones, que buscan y exigen respuestas, las cuáles deben ser convenientemente modeladas por el poder para evitar efectos desestabilizadores.

Conducir el proceso de investigación causal era y es fundamental para la gobernanza del Sistema. Una gobernanza que no puede permitirse la aparición sorpresiva de episodios epidémicos, pandémicos entre ellos, que puedan poner en cuestión el irrenunciable objetivo del crecimiento económico y sobre todo desvelar su responsabilidad en la génesis de los problemas de salud. El Sistema necesita llevar una «buena» contabilidad de enfermedades y muertes. Pero no vale cualquier contabilidad, pues los problemas de salud se pueden contar (numerar) y contar (relatar) de diversas maneras. La metodología que se ha impuesto, tanto en el relato como en la cuantificación, disecciona los fenómenos de salud mostrando los elementos causales más próximos a la enfermedad, a la vez que se ocultan e ignoraban los elementos que hubieran podido iniciar la cadena causal, los distales.

Estudios específicos y sistemas de vigilancia epidemiológica han asumido este planteamiento, favoreciendo entre otras iniciativas la creación y explotación de bases de datos en las que los elementos individuales, conductuales y/o biológicos, sean los protagonistas destacados. Para el Sistema era y es fundamental poner el foco causal del “enfermar” en el plano individual de las conductas, invisibilizando simultáneamente los contextos en los que éstas se producen. Un planteamiento que sitúa al individuo como único responsable del problema de salud. Amputados de sus contextos sociales, solo “cuenta” lo que nos digan los parámetros biológicos o conductuales. Desprovista de sus contextos, las alternativas preventivas, terapéuticas o reparadoras quedan limitadas a estos dos geografías: el individuo y el mercado.

English:

Within the framework of a capitalist development model, with an empirical orientation of science, enumerating as precisely as possible the health phenomena in populations and recommending control measures was and is essential to secure their perpetuation. Health problems question us about their possible causes, they disturb populations, who seek and demand answers, which must be conveniently modeled by the power to avoid disruptive effects.

Driving the process of causal research was and is fundamental for the governance of the system. A governance that cannot allow the sudden appearance of epidemic episodes, including pandemics, which could call into question the undeniable objective of economic growth and, above all, reveal its responsibility in the genesis of health problems. The System needs to keep a “good” accounting of diseases and deaths. But not just any accounting will do, because health problems can be counted (numbered) and counted (narrated) in different ways. The methodology that has been imposed, both in terms of narrative and quantification, dissects health phenomena by showing the causal elements closest to the disease, while hiding and ignoring the elements that could have initiated the causal chain, the distal ones.

Specific studies and epidemiological surveillance systems have taken this approach, favoring, among other initiatives, the creation and exploitation of databases in which the individual, behavioral and/or biological elements are the main protagonists. For the System, it was and is fundamental to place the causal focus of “getting sick” on the individual level of behaviors, simultaneously making invisible the contexts in which they occur. An approach that places the individual as solely responsible for the health problem. Amputated from their social contexts, only what biological or behavioral parameters tell us “counts”. Stripped of their contexts, preventive, therapeutic or restorative alternatives are limited to these two geographies: the individual and the market.